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14.4.1. Aguas salvajes o de arroyada

Aguas salvajes o de arroyada

Las aguas salvajes son aguas superficiales que no tienen ni cauce ni caudal fijo. Sólo aparecen cuando las precipitaciones son intensas o hay un rápido deshielo. Cuando llueve, el agua empapa el suelo. Parte del agua se infiltra, pero el resto circula por la superficie en forma de láminas de agua que se van agrupando, bajando por efecto de la gravedad, hasta llegar a formar pequeños surcos.

Tienen mucha capacidad erosiva, pudiendo destruir el suelo y originar movimientos de ladera. La actividad erosiva de estas aguas salvajes depende de:

  • El clima, ya que se producen con precipitaciones torrenciales.
  • La pendiente del terreno y la composición de los materiales. Si hay mucha pendiente se forman cárcavas.
  • La cubierta vegetal, que con sus raíces, protege al suelo de la erosión. Si no hay vegetación, la erosión es mayor.

La acción geológica de las aguas salvajes no se suele dar en climas lluviosos, sino en subdesérticos, donde apenas hay vegetación y las lluvias son escasas pero torrenciales. El resultado es un paisaje conocido como badland, con muchos surcos o cárcavas que dan lugar a otros mayores, los barrancos.

Aguas salvajes o de arroyada

Imagen de dominio público (CC0), de Ramirez, Pedro, Jr, USFWS.

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