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6.3.2.2.1. Los huesos

Los huesos: estructura y función

El cuerpo humano tiene un total de 206 huesos en la edad adulta, aunque este número puede variar porque los niños tienen huesos que se van fusionando según van creciendo. Los huesos del cuerpo humano forman el esqueleto, que proporciona estructura, soporte y protección a los órganos internos, además de permitir el movimiento mediante las articulaciones.

Los huesos son órganos duros que forman el esqueleto de la mayoría de los animales vertebrados, junto con los cartílagos. Están clasificados según su forma en diferentes categorías:

  • Huesos largos: tienen una dimensión longitudinal predominante. Consisten en una diáfisis de tejido óseo compacto y dos extremos o epífisis de tejido óseo esponjoso. Por ejemplo, el húmero (en la parte superior del brazo) y el fémur (en el muslo).

  • Huesos alargados: también predominan en la dimensión longitudinal, pero son aplanados. Un ejemplo son las costillas.

  • Huesos planos: presentan dos dimensiones predominantes, como el omóplato y el cráneo.

  • Huesos cortos: tienen las tres dimensiones equivalentes, como los huesos de la muñeca (carpo) y del tarso (tobillo).

  • Huesos irregulares: son de difícil clasificación, como las vértebras.

  • Huesos redondos: se desarrollan en las articulaciones y tendones. Se les llama huesos sesamoideos, siendo la rótula el mayor de ellos.

Además de su forma, los huesos tienen proyecciones que emergen en su superficie, llamadas apófisis, y pueden contener cavidades o depresiones como senos o fosas.

Los huesos contienen espacios rellenos de médula, que puede ser roja o hematopoyética (en los huesos esponjosos) o amarilla o tuétano (en los huesos compactos). Estos espacios de médula son importantes para la producción de células sanguíneas y como reserva de calcio.

Los huesos desempeñan las siguientes funciones principales:

  • Protección: protegen las partes delicadas del cuerpo, como el encéfalo en el cráneo o los órganos internos en la cavidad torácica y abdominal.

  • Sostén, soporte estructural: proporcionan soporte estructural al cuerpo, permitiendo mantener la postura erecta.

  • Inserción de los músculos: los huesos actúan como puntos de anclaje para los músculos a través de los tendones, permitiendo el movimiento y la generación de fuerza.

  • Almacenamiento y liberación de calcio y fósforo: los huesos almacenan calcio y fósforo, que son esenciales para diversas funciones biológicas, como la contracción muscular y la transmisión de señales neuronales, y lo liberan en la sangre según las necesidades del organismo.

  • Hematopoyesis o producción de células sanguíneas, en la médula ósea roja.

El crecimiento de los huesos ocurre principalmente durante la infancia, mediante el crecimiento en longitud a expensas del tejido cartilaginoso de la metáfisis. Este crecimiento cesa alrededor de los 20-25 años, cuando el cartílago de crecimiento se osifica por completo. Además, los huesos pueden crecer en grosor a través de la acción de los osteoblastos del periostio, que forman hueso hacia el exterior, y los osteoclastos del endostio, que reabsorben el hueso interno y hacen crecer la cavidad medular.

En la estructura de un hueso, podemos identificar diferentes partes:

  • Epífisis: son las zonas ensanchadas de los extremos de un hueso largo y se unen a otros huesos mediante articulaciones.
  • Diáfisis: es la parte alargada del hueso, también llamada caña.
  • Metáfisis: es la zona de transición entre la epífisis y la diáfisis, donde se encuentra el cartílago de crecimiento en períodos de crecimiento.
  • Apófisis: son salientes del hueso donde se insertan músculos, tendones y ligamentos.
  • Agujeros o conductos óseos: son áreas donde entran o salen arterias y venas para nutrir al hueso.
  • Cavidades: son lugares donde se alojan las apófisis, tendones, arterias, músculos u órganos.

En un corte longitudinal de un hueso típico, desde el exterior al interior, podemos identificar las siguientes partes:

  • Periostio: es una fina capa de tejido conjuntivo que rodea al hueso. En las zonas articulares, se sustituye por cartílago articular que facilita el movimiento en las articulaciones y evita el roce.

  • Zona cortical: es la corteza del hueso, compuesta por tejido óseo compacto que brinda resistencia y protección.

  • Cavidad medular: es el espacio ubicado en el interior de la diáfisis del hueso. Esta zona está ocupada por la médula ósea amarilla o tuétano, que consiste en tejido adiposo de color amarillo y está protegida por el endostio, un tejido conjuntivo.

Anatomía de un hueso largo

OpenStax College, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons

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