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6.1.6.2.2. Enfermedades del sistema nervioso autonomo

Enfermedades del sistema nervioso autónomo

El sistema nervioso autónomo (SNA) es una parte importante del sistema nervioso que controla y regula las funciones involuntarias del cuerpo, como la respiración, la circulación y la digestión. El SNA se divide en dos ramas principales: el sistema nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático.

Algunas enfermedades que afectan al sistema nervioso autónomo son las siguientes:

Fibromialgia

La fibromialgia es una enfermedad crónica que se caracteriza por dolor generalizado en los músculos y los tejidos blandos, así como por fatiga y otros síntomas, como sueño no reparador. Se caracteriza por producir enormes dolores sin explicación física aparente.

Se consideraba un trastorno de somatización, pero se ha demostrado que su origen es neurológico y se relaciona con desequilibrios neuroquímicos a nivel del sistema nervioso central y del sistema nervioso parasimpático. La causa exacta de la fibromialgia aún no se conoce, pero se cree que se debe a una combinación de factores genéticos, ambientales y psicológicos.

Puntos sensibles de la fibromialgia

Sav vas, Jmarchn, CC0, via Wikimedia Commons


Esclerosis múltiple

La esclerosis múltiple es una enfermedad neurodegenerativa que puede aparecer por la interacción de diferentes factores, entre ellos, un fallo en el sistema nervioso autónomo.

Ya se trató de la esclerosis múltiple en el apartado dedicado a los trastornos neurodegenerativos.

Disautonomía

La disautonomía o disfunción autonómica es un trastorno caracterizado por un conjunto de síntomas debidos a un funcionamiento inadecuado del sistema nervioso autónomo. No se trata de una enfermedad concreta, sino de una condición que puede ser debida a varias causas.

El sistema nervioso autónomo no funciona adecuadamente, lo que puede causar problemas en el control de funciones corporales involuntarias, como la presión arterial, la frecuencia cardiaca, la digestión y la temperatura corporal.

La hipotensión ortostática está relacionada con la disautonomía, y en ocasiones va acompañada de un síncope (pérdida transitoria de la conciencia).


Hipotensión ortostática idiopática

La hipotensión ortostática idiopático o fallo autonómico puro es un trastorno en el que la presión arterial disminuye de forma repentina cuando la persona se pone de pie. Esto produce una reducción del suministro de sangre al cerebro, por lo que la persona se puede sentir mareada o aturdida e incluso puede hace que una persona se desmaye.

Otros síntomas que puede aparecer es la fatiga después de realizar esfuerzos, problemas de visión, dolor en la parte posterior del cuello y de los hombros, o dificultad en la respiración.

Estos síntomas se acentúan cuando la persona está de pie y mejoran cuando la persona está acostada o sentada.

La deshidratación, permanecer de pie durante largos períodos de tiempo y estar en ambientes cálidos son posibles causas de hipotensión ortostática, por lo que la persona mejoraría con hidratación y descanso.

Es importante tener en cuenta que la hipotensión ortostática puede ser grave, especialmente para los adultos mayores, ya que existe un mayor riesgo de caídas y fracturas óseas, accidentes cerebrovasculares debido a la reducción del flujo sanguíneo al cerebro y afecciones cardiovasculares, como dolor en el pecho o insuficiencia cardíaca.

Síndrome de taquicardia ortostática postural (STOP)

El síndrome de taquicardia ortostática postural es un trastorno en el que se produce un aumento de la frecuencia cardiaca significativo cuando la persona se pone de pie o se sienta.

Es frecuente en mujeres sin problemas y se caracteriza por una frecuencia cardíaca normal durante el reposo pero, con los cambios posturales, aparece una taquicardia exagerada con o sin hipotensión ortostática.

Los principales síntomas son mareos, desmayos y dolor de cabeza.

Neuropatía diabética

La diabetes puede afectar el sistema nervioso de varias formas. El sistema nervioso es una red compleja de nervios y células que transmiten señales eléctricas y químicas en todo el cuerpo. La diabetes puede dañar los nervios, lo que se conoce como neuropatía diabética. La neuropatía diabética es una complicación común de la diabetes que puede afectar los nervios en cualquier parte del cuerpo.

Aunque se trata de una enfermedad del sistema endocrino, está muy relacionada con un mal funcionamiento del sistema nervioso parasimpático. Como hemos visto anteriormente, el sistema nervioso parasimpático es el encargado de regular también algunas de las funciones del sistema digestivo.

La diabetes también puede afectar el sistema nervioso autónomo, que es la parte del sistema nervioso que controla las funciones corporales automáticas, como la frecuencia cardiaca, la presión arterial, la digestión y la sudoración. También puede afectar los órganos internos, como el estómago y los intestinos, lo que puede causar problemas digestivos como náuseas, vómitos y diarrea. La neuropatía diabética puede causar síntomas como dolor, hormigueo, entumecimiento y debilidad muscular en las extremidades.

La neuropatía diabética es una complicación común de la diabetes que puede afectar el sistema nervioso autónomo.

Además, la neuropatía diabética también puede aumentar el riesgo de complicaciones graves, como hipoglucemia (niveles bajos de azúcar en sangre), hipotensión ortostática (presión arterial baja al ponerse de pie), arritmias cardíacas y otras complicaciones cardiovasculares.

La diabetes también puede afectar el sistema nervioso central, que incluye el encéfalo y la médula espinal. Las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cerebrovasculares, como accidentes cerebrovasculares y ataques isquémicos transitorios. La diabetes también se ha relacionado con un mayor riesgo de demencia y enfermedad de Alzheimer.

Síndrome de Horner

El Síndrome de Horner, también conocido como Síndrome de Bernard-Horner, es un trastorno en el que el sistema nervioso simpático no funciona adecuadamente en un lado del rostro.

El síndrome de Horner se caracteriza por ptosis (caída del párpado), miosis (constricción de la pupila), anhidrosis (falta de sudoración) y enrojecimiento de la piel. Este síndrome es causado por una lesión en la vía óculosimpática. Además, puede provocar el aspecto hundido del ojo (enoftalmos) debido a la ptosis, aunque sin ser un enoftalmos verdadero (causado principalmente por fractura de la pared inferior de la fosa orbitaria). A menudo, también se observa inyección conjuntival (ojo rojo).

Síndrome de Horner

Davplast, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons

Atrofia multisistémica o Síndrome de Shy-Drager

La atrofia multisistémica (antiguamente conocida como síndrome de Shy-Drager) es una enfermedad neurodegenerativa que afecta a las funciones involuntarias (autónomas) del cuerpo, como la presión arterial y el control motor, y que aparece en pacientes de edad avanzada.

La atrofia multisistémica se caracteriza por un deterioro progresivo del sistema nervioso que controla funciones involuntarias como el mantenimiento de la presión arterial o de la frecuencia respiratoria. Los síntomas pueden incluir mareo, desmayos, dificultad para controlar la temperatura corporal, problemas de vejiga e intestinales, entre otros.

Hay dos tipos de atrofia multisistémica:

  • De tipo cerebeloso, con pérdida de coordinación, dificultad para tragar, para hablar y con movimientos oculares extraños.
  • De tipo parkinsoniano, con síntomas parecidos a los de la enfermedad de Parkinson, con movimientos lentos, rigidez, temblores y problemas para mantener el equilibrio y la coordinación.

Síndrome de Sjögren

El síndrome de Sjögren es una enfermedad autoinmunitaria crónica que afecta principalmente a las glándulas exocrinas, las cuales producen líquidos como las lágrimas y la saliva. Se caracteriza por una inflamación de las glándulas, lo que resulta en una disminución de la producción de saliva y lágrimas, lo que puede llevar a una sequedad en la boca y en los ojos.

Además de los síntomas de sequedad, los pacientes con síndrome de Sjögren pueden experimentar una serie de otros síntomas, como fatiga, dolor articular, problemas de memoria y concentración, problemas respiratorios y cutáneos, entre otros.

La causa exacta del síndrome de Sjögren no se conoce, pero se cree que hay un componente genético y que factores ambientales pueden desencadenar la enfermedad en personas que tienen una predisposición genética. La enfermedad también puede ocurrir en combinación con otras enfermedades autoinmunitarias, como la artritis reumatoide y el lupus eritematoso sistémico.

Actualmente no hay cura para el síndrome de Sjögren, pero existen tratamientos que pueden aliviar los síntomas y prevenir complicaciones. Estos tratamientos pueden incluir la administración de gotas oculares, medicamentos para aumentar la producción de saliva, terapia de reemplazo hormonal, entre otros.

Hiperhidrosis

La hiperhidrosis es un trastorno en el que el sistema nervioso autónomo produce sudor ecrino de forma excesiva, lo que puede llegar a afectar a la calidad de vida de la persona que la padece.

Aunque la hiperhidrosis suele ser tratada por un médico especialista en dermatología, se cree que está producida por un problema del sistema nervioso simpático.


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