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6.4.3.1. Inmunidad natural y artificial

Inmunidad natural y artificial

La inmunidad es un mecanismo esencial de nuestro cuerpo para protegernos contra enfermedades y mantenernos sanos. Existen dos tipos principales de inmunidad:

Inmunidad natural

La inmunidad natural es un mecanismo vital de defensa que nos protege de las enfermedades. Está presente desde el nacimiento y se activa cuando nuestro cuerpo entra en contacto con agentes infecciosos. La inmunidad natural puede ser activa o pasiva, y en este texto exploraremos ambos tipos y cómo funcionan para mantenernos saludables.

Inmunidad natural activa

La inmunidad natural activa es aquella en la que nuestro propio sistema inmunitario se activa para combatir los agentes invasores. Este tipo de inmunidad se desarrolla a lo largo del tiempo y se fortalece con cada encuentro con patógenos. A continuación, veremos algunos de los mecanismos clave de la inmunidad natural activa:

  • Barreras físicas: Nuestra primera línea de defensa está formada por barreras físicas como la piel y las mucosas, que evitan la entrada de microorganismos al cuerpo. La piel actúa como una barrera protectora, mientras que las mucosas producen moco para atrapar y eliminar los patógenos.

  • Respuesta celular: Nuestro sistema inmunitario cuenta con células especializadas, como los macrófagos y los neutrófilos, que pueden reconocer y destruir a los microorganismos invasores. Estas células fagocitan o "devoran" a los patógenos para eliminar la infección.

  • Respuesta inflamatoria: Cuando un agente infeccioso entra en el cuerpo, se desencadena una respuesta inflamatoria. Los vasos sanguíneos se dilatan, permitiendo que las células inmunitarias lleguen al sitio de la infección. Además, se liberan sustancias químicas que aumentan la permeabilidad vascular y reclutan más células para combatir la infección.

Inmunidad natural pasiva

La inmunidad natural pasiva se refiere a la transferencia temporal de protección inmunológica de una persona a otra, sin que el receptor desarrolle una respuesta propia. A continuación, exploraremos dos formas comunes de inmunidad natural pasiva:

  • Transferencia materno-fetal: Durante el embarazo, los anticuerpos de la madre pasan a través de la placenta al feto, brindándole cierta protección inmunológica durante los primeros meses de vida. Estos anticuerpos ayudan a proteger al bebé hasta que su propio sistema inmunitario esté completamente desarrollado.

  • Leche materna: La leche materna contiene una variedad de anticuerpos y otras sustancias que ayudan a proteger al recién nacido contra infecciones. Estos componentes fortalecen el sistema inmunitario del bebé y le proporcionan una protección inmunológica adicional durante la lactancia.

Inmunidad artificial

Además de la inmunidad natural, nuestro sistema inmunitario también puede adquirir protección adicional a través de la inmunidad artificial. La inmunidad artificial es aquella que se obtiene mediante la estimulación deliberada del sistema inmunitario, ya sea mediante vacunas o tratamientos médicos. En este texto, exploraremos los dos tipos principales de inmunidad artificial: la inmunidad artificial activa y la inmunidad artificial pasiva.

Inmunidad artificial activa

La inmunidad artificial activa es aquella en la que nuestro propio sistema inmunitario es estimulado para desarrollar una respuesta protectora. A continuación, veremos cómo se logra esto:

  • Vacunas: Las vacunas son una forma común de estimular la inmunidad artificial activa. Consisten en una versión debilitada o inactivada de un agente infeccioso, o en componentes específicos del mismo, que se introducen en el cuerpo. Estas sustancias desencadenan una respuesta inmunitaria, sin causar la enfermedad, y ayudan a nuestro sistema inmunitario a reconocer y recordar al patógeno en caso de un encuentro futuro.

  • Respuesta inmunitaria: Después de recibir una vacuna, nuestro sistema inmunitario identifica los antígenos presentes en la vacuna y desarrolla una respuesta protectora. Esto incluye la producción de anticuerpos específicos y la activación de células inmunitarias para combatir el agente invasor. La inmunidad adquirida a través de la vacunación puede ser duradera y brindar protección a largo plazo.

Inmunidad artificial pasiva

La inmunidad artificial pasiva se refiere a la transferencia de anticuerpos específicos de una persona o animal a otra para proporcionar protección inmediata. A continuación, exploraremos cómo se logra esta forma de inmunidad artificial:

  • Suero con anticuerpos: El suero con anticuerpos se obtiene de individuos que han desarrollado una respuesta inmunitaria efectiva contra una enfermedad específica o se produce en laboratorio. Estos anticuerpos se administran a personas que están en riesgo de contraer la enfermedad o que ya están infectadas. Los anticuerpos del suero se unen al agente infeccioso y ayudan a neutralizarlo, proporcionando una protección temporal hasta que el sistema inmunitario propio del individuo pueda desarrollar una respuesta adecuada.

  • Tratamientos con anticuerpos monoclonales: Los anticuerpos monoclonales son versiones fabricadas en laboratorio de anticuerpos específicos. Estos se diseñan para dirigirse a un antígeno particular y se utilizan para tratar enfermedades específicas, como el cáncer y enfermedades autoinmunes. Estos anticuerpos pueden unirse a células o moléculas dañinas en el cuerpo y ayudar a eliminarlas o bloquear su acción.

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