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6.1.8. Adicciones

Sustancias que provocan adicciones y su efecto negativo sobre la salud

Las adicciones se producen porque algunas sustancias (como drogas, alcohol, tabaco, etc.) o actividades (como el juego, el sexo, las compras, etc.) pueden generar un gran placer o una sensación de recompensa en el cerebro. Estas sustancias y actividades afectan al sistema nervioso, en particular el circuito de recompensa del cerebro, que es responsable de regular la sensación de placer y motivación.

Cuando se consume una sustancia o se realiza una actividad placentera, se liberan ciertos neurotransmisores (como la dopamina) en el cerebro, lo que produce una sensación de euforia o felicidad. Con el tiempo, el cerebro puede adaptarse a estas sustancias y necesitar cada vez más para producir la misma sensación de placer. Este fenómeno se conoce como tolerancia.

Con el tiempo, el consumo de sustancias adictivas puede afectar negativamente el sistema nervioso, causando cambios en la estructura y función del cerebro, así como problemas de salud física y mental. Las adicciones también pueden provocar la alteración del comportamiento y el estado de ánimo, como la ansiedad, la depresión, la irritabilidad, la impulsividad y el aislamiento social.

Existen diversas sustancias que pueden provocar adicciones y tener efectos negativos sobre la salud. Algunas de las sustancias más comunes son:

  • Tabaco: El tabaco contiene nicotina, una sustancia altamente adictiva que puede provocar enfermedades respiratorias, cardiovasculares y cáncer.

  • Alcohol: El alcohol es una sustancia depresora del sistema nervioso central, que puede provocar daños en el hígado, el cerebro y otros órganos.

  • Otras drogas, como la cocaína, la heroína o la metanfetamina, son altamente adictivas y pueden tener efectos negativos graves sobre la salud, como problemas cardiovasculares, cerebrales, hepáticos y psicológicos.

  • Medicamentos con receta: Algunos medicamentos con receta, como los opioides y los tranquilizantes, pueden ser altamente adictivos y pueden provocar problemas de salud graves si se abusa de ellos. Tienen que ser utilizados siempre por prescripción médica.

En general, el abuso de cualquier sustancia que provoque adicción puede tener efectos negativos sobre la salud, incluyendo problemas físicos, psicológicos y sociales.


Las sustancias adictivas, ya sean drogas, alcohol, tabaco o cualquier otra sustancia, afectan al sistema nervioso en diferentes niveles y de diferentes maneras. El sistema nervioso es un complejo sistema de comunicación entre el encéfalo, la médula espinal y el resto del cuerpo. Como hemos visto, el sistema nervioso está compuesto por neuronas, células que transmiten el impulso nervioso mediante señales eléctricas y químicas, y las sinapsis, conexiones entre las neuronas.

Cuando una persona consume una sustancia adictiva, esta actúa en diferentes partes del sistema nervioso, afectando a la liberación y reabsorción de neurotransmisores, los mensajeros químicos que transmiten señales entre las neuronas.

Además, las sustancias adictivas pueden producir cambios en la estructura y función del cerebro a largo plazo. Por ejemplo, pueden afectar a la plasticidad neuronal, la capacidad del cerebro para cambiar y adaptarse en función de las experiencias. También pueden producir cambios en la estructura y función de las sinapsis, lo que puede alterar la forma en que las neuronas se comunican entre sí.

Adicciones

Aumento en la liberación de neurotransmisores

Las sustancias adictivas pueden actuar en el sistema nervioso influyendo en la liberación de neurotransmisores en el cerebro, lo que puede llegar a tener efectos en el comportamiento y en el estado de ánimo de una persona.

Por ejemplo, algunas sustancias, como la cocaína, la anfetamina y la nicotina, pueden aumentar la liberación de neurotransmisores como la dopamina, la norepinefrina y la serotonina en el cerebro. Esto puede llevar a una sobreexcitación de las neuronas y producir sentimientos de placer, euforia y energía, por lo que su liberación aumentada puede llevar a una sensación temporal de felicidad y bienestar.

El glutamato es el neurotransmisor excitatorio más común en el cerebro y tiene un papel importante en la transmisión de señales entre las neuronas. Algunas sustancias adictivas pueden influir en la actividad del glutamato en el sistema nervioso.

Sin embargo, el uso prolongado de estas sustancias puede llevar a una disminución de la capacidad del cerebro para producir estos neurotransmisores por sí solo. Esto puede llevar a una disminución del placer y una necesidad de consumir cada vez más dicha sustancia para obtener la misma sensación, además de una serie de problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad.

Por otro lado, otras sustancias, como el alcohol, los benzodiazepinas y los barbitúricos, pueden aumentar la actividad del neurotransmisor GABA en el cerebro, lo que produce una sensación de relajación y sedación. El ácido gamma-aminobutírico (GABA) es un neurotransmisor que tiene un papel importante en la inhibición de la actividad neuronal en el sistema nervioso central. Estas sustancias pueden disminuir la actividad de neurotransmisores excitatorios como el glutamato, lo que puede llevar a una disminución del nivel de alerta y la atención.

Estas sustancias actúan sobre los receptores GABA en las neuronas del cerebro, lo que aumenta la inhibición neuronal y disminuye la actividad excitatoria en el sistema nervioso. Esto produce una sensación de relajación y sedación, y puede ayudar a aliviar los síntomas de la ansiedad y el insomnio.

Sin embargo, el uso prolongado de estas sustancias puede llevar a una serie de efectos negativos en el sistema nervioso. Por ejemplo, el abuso crónico de alcohol puede llevar a cambios en los receptores GABA en el cerebro, lo que puede aumentar la tolerancia y la dependencia de la sustancia.

Además, la inhibición excesiva de la actividad neuronal en el cerebro puede llevar a una serie de efectos secundarios, como la somnolencia, la falta de coordinación, la pérdida de memoria y la depresión respiratoria.

Bloqueo de la recaptación de neurotransmisores

Las sustancias adictivas, como la cocaína y el MDMA (éxtasis), pueden bloquear la recaptación de neurotransmisores en la sinapsis, lo que prolonga su actividad y aumenta la señalización neuronal.

Impiden que los neurotransmisores puedan ser reabsorbidos por las células que los liberaron, por lo que aumenta la cantidad de neurotransmisores disponibles en la sinapsis y su actividad en los receptores postsinápticos se prolonga.

En el caso de la cocaína, esta sustancia bloquea la recaptación de dopamina en la sinapsis de las neuronas dopaminérgicas, lo que produce un aumento de la dopamina en la sinapsis y una activación excesiva de los receptores de dopamina en el cerebro. Esto produce la sensación de euforia y placer que caracteriza el efecto de la cocaína.

En el caso del MDMA, esta sustancia bloquea la recaptación de serotonina y, en menor medida, de dopamina y noradrenalina en la sinapsis, lo que también produce un aumento de la cantidad de estos neurotransmisores disponibles en la sinapsis y una activación excesiva de los receptores postsinápticos correspondientes. Esto produce una sensación de empatía, euforia y aumento de la energía, características del efecto del MDMA.

El bloqueo de la recaptación de neurotransmisores es un mecanismo común en muchas sustancias adictivas y puede ser una de las principales causas de la adicción a estas sustancias. La exposición crónica a estas sustancias puede provocar cambios en la función cerebral que aumentan la susceptibilidad a la adicción y pueden tener efectos negativos a largo plazo en la salud mental y física de las personas.

Cambios en la sensibilidad de los receptores

La exposición prolongada a sustancias adictivas puede cambiar la sensibilidad de los receptores de neurotransmisores, lo que significa que se necesitará una cantidad cada vez mayor de la sustancia para producir la misma respuesta.

Cuando las células cerebrales están expuestas constantemente a altas concentraciones de sustancias adictivas, pueden comenzar a cambiar su número, densidad y sensibilidad a los neurotransmisores.

Los receptores de neurotransmisores pueden aumentar o disminuir su número y su sensibilidad en respuesta a la exposición crónica a sustancias adictivas, lo que significa que se necesitará una cantidad cada vez mayor de la sustancia para producir la misma respuesta. Por ejemplo, los receptores de dopamina pueden disminuir su número y sensibilidad después de una exposición crónica a la cocaína, lo que puede llevar a una disminución en la sensación de placer y una mayor necesidad de consumir la sustancia para sentir los mismos efectos.

Este proceso se conoce como tolerancia, que es un factor importante en el desarrollo de la adicción. La tolerancia puede llevar a un aumento en la cantidad y frecuencia del consumo de la sustancia, lo que a su vez aumenta el riesgo de sobredosis y otros efectos negativos para la salud.

Además, los cambios en la sensibilidad de los receptores pueden ser persistentes y duraderos, incluso después de la interrupción del consumo de la sustancia, lo que puede contribuir a la recaída en la adicción.

Alteración de la plasticidad neuronal

La exposición a sustancias adictivas puede alterar la plasticidad neuronal, lo que significa que puede haber cambios estructurales y funcionales en el cerebro que aumenten la susceptibilidad a la adicción. Estos cambios pueden ocurrir en diferentes niveles de organización del cerebro, incluyendo la célula individual, las redes neuronales y los circuitos cerebrales.

La exposición prolongada a sustancias adictivas puede alterar la plasticidad neuronal en diferentes regiones del cerebro, lo que puede aumentar la susceptibilidad a la adicción. Por ejemplo, se ha demostrado que la exposición crónica a la cocaína puede alterar la plasticidad en el sistema de recompensa del cerebro, que es responsable de la motivación, la memoria y el aprendizaje asociados con la adicción.

La exposición crónica a sustancias adictivas puede provocar cambios en la estructura y función de las neuronas y sinapsis, lo que puede afectar la transmisión de señales neuronales y la respuesta a los neurotransmisores. Estos cambios pueden alterar la comunicación entre las células cerebrales y modificar los patrones de activación neuronal en diferentes regiones del cerebro.

La alteración de la plasticidad neuronal puede tener efectos a largo plazo en la función cerebral y la salud mental. Por lo tanto, es importante buscar tratamiento y apoyo profesional para tratar la adicción y prevenir la recaída.


Vídeo: El efecto de las drogas en el cerebro humano (12:14 minutos).

 

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